jueves, 23 de octubre de 2008

BIOGRAFIA

Adam Smith
Nombre: Adam Smith
Nacimiento: KirkcaldyFife, Escocia, 5 de junio, 1723 (bautizo)
Fallecimiento: Edimburgo, 17 de julio, 1790 (enfermedad) (67 años)
Escuela Tradición: Economía clásica
Intereses principales. Política filosófica, ética, economía
Ideas notables: Economía clásica, libre mercado, división del trabajo, Mano Invisible
Fue un economista y filósofo escocés, uno de los máximos exponentes, si no el mayor, de la economía clásica. En 1776 publica: Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, en la que sostiene que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.
Estudió en las universidades de Glasgow y Oxford. En 1737 ingresa en la Universidad de Glasgow. En esta universidad recibe clases de Filosofía Moral por parte de Francis Hutcheson, que a la postre le valdría ser influido por la escuela histórica escocesa. Es en esta asignatura, en la que se dedicaba una parte a la moral práctica, en la cual Smith basaría gran parte de la Riqueza de las naciones.
En 1740 recibiría una beca para ir a estudiar al Balliol College de Oxford, una universidad en decadencia, como sostendría en la Riqueza de las Naciones. De 1748 a 1751 fue profesor ayudante de las cátedras retórica y literatura en Edimburgo. Durante este periodo estableció una estrecha amistad con el filósofo David Humee, amistad que influyó mucho sobre las teorías economistas y éticas de Smith.
En 1751 fue nombrado catedrático de lógica y en 1752 de filosofía moral en la universidad de Glasgow. En 1763 renunció a la universidad y se convirtió en el tutor del III Duque de Buccleuch, a quien acompañó a un viaje por Suiza y Francia. En este viaje conoció a los fisiócratas franceses, que defendían la economía y política basada en la primacía de la ley natural, la riqueza y el orden.
Smith se inspiró en esencia en las ideas de François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot para construir su propia teoría, que establecería diferencias respecto a la de estos autores. De 1766 a 1776 vivió en Kirkcaldy. Fue nombrado director de Aduana de Edimburgo en 1778, puesto que desempeñó hasta su muerte el 17 de julio de 1790 a causa de una enfermedad. En 1787 fue nombrado rector honorífico de la universidad de Glasgow.
Obras
Teoría de los sentimientos morales
La Teoría de los sentimientos morales de 1759 empieza por la exploración de todas las conductas humanas en las cuales el egoísmo no parece jugar un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Lo que se expone entonces es el proceso de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el lugar de otro, aún cuando no obtenga beneficio de ello. Con esto se busca criticar a la concepción utilitarista, como aparece en Humee. El desarrollo de la obra lleva al descubrimiento del espectador imparcial, la voz interior que dictaría la propiedad o impropiedad de las acciones. Este espectador imparcial puede asociarse al concepto de superyó, de Sigmund Freud.
A lo largo de la obra el autor explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes.
La riqueza de las naciones (The Wealth Of. Nations)
En 1776 Adam Smith escribió su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente La riqueza de las naciones), por la cual es considerado por muchos especialistas el padre de la Economía Política. Esta obra representa el intento por diferenciar la economía política de la ciencia política, la ética y la jurisprudencia. Un elemento fundamental para esta diferenciación fue la crítica al mercantilismo, corriente heterogénea que venía desarrollando nociones económicas desde el siglo XV, más vinculada a los imperios coloniales que a la naciente revolución industrial.
Según la tesis central de La riqueza de las naciones, la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo. La división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplia la extensión de los mercados y por ende la especialización.
Una particularidad de la obra es el planteamiento de que, gracias a la apelación al egoísmo de los particulares se logra el bienestar general. Esto es muchas veces interpretado de forma imprecisa como que simplemente el egoísmo lleva al bienestar general. Sin embargo, pasajes tanto de esta obra como de los sentimientos morales dejan en claro que la empatía con el egoísmo del otro (en donde acentúa la siguiente frase: «dame lo que necesito y tendrás lo que deseas») y el reconocimiento de sus necesidades es la mejor forma de satisfacer las necesidades propias.
La obra incluye una filosofía de la historia, donde la propensión a intercambiar exclusiva del hombre se convierte en el motor del desarrollo humano. Esta obra constituye también una guía para el diseño de la política económica de un gobierno. Los beneficios de la Mano Invisible del mercado solo se obtendrán en una sociedad bien gobernada.
Entre sus aportes más importantes se destacan:
La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio.
El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costos de producción.
La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal asalariados.
La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico.
La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos.
Influencia
La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones ha estado sujeta a todo tipo de interpretaciones. Entre ellas las que más destacan son:
David Ricardo: realiza una crítica a la obra, desarrollando más la teoría del valor trabajo y conceptos tales como el capital y la reproducción.
Karl Marx: profundiza la línea de Ricardo, rescatando concepciones Smithianas.
Milton Friedman y Rose Friedman: se centra en temas como «La mano invisible» y el papel del Estado. Milton y Rose Friedman escriben La libertad de elegir basados en la doctrina smithiana del libre comercio.
Amartya Sen: lectura renovada de Smith que retoma la Teoría de los sentimientos morales, libro de gran importancia en el campo de la ética, la teología y la moral. Amartya Sen destaca la importancia del sentimiento de la simpatía en la obra de Smith y cuestiona la estrecha interpretación friedmaniana que atribuye al egoísmo la armonía del mundo.
Teoría del comercio internacional
La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su coste de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Por tanto define la denominada «ventaja absoluta» como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir con un coste de producción menor. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta y asimismo cree en la movilidad internacional de factores productivos.


DAVID RICARDO (1772-1823)
Economista británico, de origen judío; fue uno de los miembros más importantes de la escuela clásica de economía política. Su lógica rigurosa y la búsqueda de la verdad objetiva han sido la base de las tentativas del neoliberalismo y de los análisis de Marx acerca del capitalismo. Expuso sus teorías en la obra "Principios de Economía Política".

EL PENSAMIENTO DE RICARDO
David Ricardo (1772-1823), hijo de un banquero judío que emigró de Holanda a Inglaterra, fue, ante todo y a plenitud, un inglés de su tiempo. Y no por su conversión al cuaquerismo al momento de su matrimonio, sino por su profunda compenetración con la realidad inglesa de inicios del nuevo siglo.
A diferencia de Adam Smith, en cuyos trabajos se apoyó, Ricardo se preocupó sólo en segunda instancia en averiguar las causas del crecimiento o, si se prefiere el origen de "la riqueza de las naciones". Aunque también se podría decir que sus preocupaciones en torno al crecimiento lo llevaron a interesarse en primer lugar en los factores que explican la distribución de la renta.
Al autor de los "Principios de economía política y tributación" (1817) lo inquietaba especialmente la tendencia de la baja de los beneficios. Tendencia a su entender inevitable en la economía inglesa, pero que podía contrarrestarse con el desarrollo del comercio exterior. No a la manera de Adam Smith, que destacaba el papel de las exportaciones de manufacturas en la profundización de la división del trabajo. Sí a través de las importaciones de cereales baratos que impedirían que suba el salario normal. Y, por ende, facilitarían el aumento de los beneficios y la acumulación necesaria para el crecimiento.
TEORIA DEL VALOR Y DEL REPARTO
En su "Historia del Pensamiento Económico", Henri Denis expone en los siguientes términos el planteamiento de Ricardo sobre la distribución del ingreso nacional: "Si hacemos abstracción de la renta agraria, el beneficio es la diferencia entre el precio de venta y el precio del costo. Y a escala nacional, el precio de costo de la producción neta, es el importe de salarios. Por consiguiente, para explicar los beneficios es preciso conocer:
1) Las leyes que determinan los salarios;
2) Las leyes que determinan los precios de venta de los productos."
Al referirse a los precios de venta de los productos, Ricardo al igual que Smith, piensa en los precios de mercado que pueden ser muy variables y estar determinados por su escasez relativa.
Para Ricardo el precio "normal" o, si se prefiere, el valor de una mercancía, está determinada por la cantidad de trabajo que contiene. Por tanto, el valor de una mercancía aumenta cuando aumenta la cantidad de trabajo necesaria para su fabricación y disminuye en caso contrario. En términos relativos, puede decirse que los valores de cambio relativos aumentan o disminuyen de acuerdo al mismo principio, inclusive si disminuye la cantidad de trabajo incorporada en todas las mercancías.
No escapa a Ricardo que esta es una aproximación general al problema del valor. Tampoco que el trabajo necesario para la producción de una mercancía incluya el trabajo anterior en la fabricación de "herramientas, máquinas y edificios"; esto es de "trabajo muerto" en la terminología de Marx, en gran medida un ricardiano.
Tampoco dejó de lado Ricardo una preocupación que fuera planteada por el mismo Adam Smith: los beneficios del capital están incluidos en los precios de las mercancías. Y ello en proporción al capital movilizado puesto que hay, teóricamente, una tendencia a la simetría de los beneficios obtenidos en diferentes actividades.
Empero, Ricardo considera que el factor sustantivo en la determinación del valor o precio "normal" de una mercancía es la cantidad de trabajo incorporada.
LA DETERMINACION DE LA RENTA
En lo que toca a la determinación de la renta de la tierra, Ricardo adoptó los puntos de vista de Malthus, con quien mantuvo una polémica constante a lo largo de su vida.
Afirma que el valor de cambio de un bien (especialmente los agrícolas) está determinado por la mayor cantidad de trabajo necesaria para su producción; ni más ni menos que el costo marginal en términos contemporáneos. Así la incorporación de tierras nuevas en las cuales la producción es cada vez más difícil aumenta el valor de cambio de todos los productos agrícolas, favoreciendo a los antiguos productores. De esta manera, la renta de la tierra - más exactamente la renta diferencial - aumenta a medida que se incorporan nuevas tierras a la producción. Y esto ocurre continuamente en razón del incremento de la población y del consiguiente aumento de la demanda de alimentos.
Cabe notar que esta apreciación de Ricardo podía haber sido válida un siglo antes, pero ya no en la época que escribia el autor. El progreso había llegado también a la agricultura y la cantidad de trabajo requerida para la producción de un bien también disminuía. Lo que sí es absolutamente cierto es que la productividad del trabajo aumentaba más rápidamente en las manufacturas. Y que la idea de la determinación del valor por el costo marginal tenía un significado cuando se trataba de incorporar tierras relativamente poco aptas.
En ese sentido, no cabe duda que había una tendencia al aumento de la renta de la tierra.
Una vez deducida la renta de la tierra, sólo queda por determinar la parte correspondiente a los salarios y los beneficios.
Ahora bien, el precio "natural" del trabajo, que considera una mercancía al igual que Smith, es equivalente al que proporciona al obrero los medios de subsistir y perpetuar la especie.
El salario de mercado sería afectado, en opinión de Ricardo, por el crecimiento de la población. Y al igual que Malthus, se pronuncia contra las leyes de protección de los pobres y por el control de la natalidad. Probablemente motivado por la dramática disminución de los salarios en Inglaterra de principios del siglo XIX, y la necesidad de encontrar correctivos de largo aliento.
Teóricamente, y dada la participación de los rentistas de la tierra y de los asalariados en el ingreso nacional, los beneficios tenían un carácter residual. En otras palabras, tendían a ser muy pequeños respecto a la masa de capitales movilizados lo que, en principio, afectaba las posibilidades de acumulación y el mismo progreso de la economía.
Los factores que afectaban la distribución del ingreso en el largo plazo eran bastante claros. De un lado, había, una tendencia al aumento de la renta de la tierra y, por ende, del valor de los productos. Esta evolución afectaba directamente el valor de la fuerza de trabajo o su precio "normal" (no el de un momento dado, que podía tender a la baja). Los salarios "normales" tendían a subir relativamente en virtud del incremento de los precios de los productos alimenticios. De esta manera los beneficios bajaban y la participación del capital se reducía constantemente.
Es importante remarcar que los salarios "normales" no aumentaban. Estos eran más o menos equivalentes a una canasta de bienes que proporcionaba los medios de subsistencia a los obreros. Lo que aumentaba era el precio de los productos de la tierra, y concretamente, la renta de la tierra; esto excluye a los salarios de los campesinos del movimiento alcista.
En ese sentido el industrial, a quien Ricardo entiende representar, es afectado por el rentista. Es el rentista - aunque aparentemente son los asalariados - quien toma una fracción del ingreso nacional que debería ir al capitalista. Con lo cual se convierte en un obstáculo a la acumulación y, en definitiva al progreso.
EL PAPEL DEL COMERCIO EXTERIOR
En este contexto, todo aquello que contribuya a disminuir el valor de los productos agrícolas es absolutamente favorable para el desarrollo económico. Y es aquí donde Ricardo plantea la importación masiva de cereales de países en los cuales la renta de la tierra no sea tan elevada como en Inglaterra. A principios del siglo XIX, esto significa esencialmente Europa, pero muy pronto sería equivalente a América. Allí la renta de la tierra era prácticamente igual a cero por tratarse de tierras nuevas de la mejor calidad.
La lucha de la burguesía inglesa se centró en esta época en la abolición de las leyes del cereal que recién llegó en 1844. Pero en realidad, la lucha fue mucho más profunda que eso, pues buscó rediseñar la economía británica en función de una nueva división internacional del trabajo. Gran Bretaña - de acuerdo a Ricardo - sería un centro productor de manufacturas que cambiaría por alimentos producidos en ultramar.
No está de más indicar que esta división internacional del trabajo fue perdiendo vigencia a medida que los Estados Unidos de Norteamérica desplazó a Gran Bretaña como potencia dominante. Este país, en tanto que exportador de productos agrícolas, hizo lo posible por liquidar las producciones agrícolas alentadas por británicos y, en general, europeos.
La Argentina de postguerra fue afectada por este giro. Pero también lo fueron los pequeños productores africanos de oleaginosas. Sin embargo, eso es otra historia.
Revista Proceso Económico.


Henry Kissinger
Político y diplomático estadounidense (Fuerth, Alemania, 1923). Su origen judío le obligó a abandonar Alemania con su familia para escapar de la persecución nazi (en 1938). En 1942 obtuvo la nacionalidad americana, pero el hecho de no haber nacido en Estados Unidos pesaría siempre sobre su futuro, cerrándole la posibilidad de ser candidato a la presidencia. Estudió Ciencias Políticas y se dedicó a la enseñanza en la Universidad de Harvard, antes de pasar a la política activa de la mano del Partido Republicano.
El presidente Nixon aprovechó su conocimiento de la política internacional, nombrándole asesor para asuntos de seguridad nacional en 1968; la brillantez con la que ejerció su labor hizo que en 1973 le nombrara secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores). Cuando Nixon hubo de dimitir, forzado por el escándalo Watergate, y le sucedió el vicepresidente Ford (1974-77), éste mantuvo a Kissinger al frente de la política exterior.Durante los cuatro años en que dirigió la diplomacia norteamericana, Kissinger diseñó una nueva política exterior y quizá incluso un nuevo marco internacional. Impulsó la distensión mediante la renuncia de los Estados Unidos al principio de intervención militar global, así como el reconocimiento de la Unión Soviética como interlocutora y partícipe de la hegemonía mundial (Conferencia de Helsinki, 1975). Fue uno de los principales artífices del acercamiento de los Estados Unidos a la República Popular China (viajó a Pekín en 1971, donde preparó el reconocimiento diplomático del régimen de Mao y la visita de Nixon en 1972).
En 1938, a 5 años del ascenso al poder del Nazismo, emigró a los Estados Unidos con su familia y cinco años después obtuvo la nacionalidad. Estudió en la universidad de Harvard y una vez que se graduó fue profesor de ciencia política. En los años cincuenta trabajó al lado de Rockefeller y poco después entró en el Pentágono. Estando John F. Kennedy en la presidencia, fue contratado por la Agencia para el Desarme y Control de Armas. Con Richard Nixon de presidente, fue asistente especial para asuntos exteriores.
En 1973 fue Secretario de Estado y participó en las negociaciones de paz con Vietnam. Recibió el Premio Nobel de la Paz de ese año junto al representante norvietnamita Le Duc Tho por los acuerdos alcanzados para poner fin a dicha guerra. Dado que la guerra se prolongaba a pesar de los acuerdos de paz, Led Duc Tho renunció al premio, aunque Henry Kissinger prefirió conservarlo. Con Jimmy Carter se retiró del gobierno.
Se admite su participación en la organización del golpe de estado contra el gobierno democrático de Salvador Allende en Chile y en el golpe de estado en Uruguay cuando se veía el advenimiento de la izquierda uruguaya presidida por la agrupación progresista Frente Amplio, ambos acaecidos en 1973. En Chile, se le acusa además de haber organizado la denominada Operación Cóndor, un plan sistemático de "desaparición" de opositores dirigido a "combatir el comunismo" en Latinoamérica. En ocasión del golpe de estado de Argentina, el 24 de marzo de 1976, alentó y apoyó a la Junta militar a que tomara el poder. Lo han acusado de complicidad y del estímulo en la eliminación y "desaparición" sistemática de miles de opositores cometidas por la Junta Militar de Argentina. Se conoce su implicación directa en los bombardeos secretos de Laos y Camboya, ordenados sin permiso del Congreso. Dichos bombardeos sirvieron para que los jemeres rojos accedieran al poder, del que se servirían para asesinar a más de dos millones de personas. Henry Kissinger apoyó al régimen indonesio del general Suharto, acusado del genocidio contra la población de Timor Oriental.
El juez español Baltasar Garzón envió una comisión rogatoria referente a violaciones de los derechos humanos, pero el Departamento del Estado de EE.UU. la rechazó. Existen numerosas iniciativas que persiguen conseguir su procesamiento ante instancias judiciales internacionales, así como la retirada de su premio Nobel (que ensombrece la ética de la fundación sueca al reivindicar con esta distinción las politicas de violaciones a los derechos humanos que venera el homenajeado).
Nació en Alemania en 1923. En 1938 emigró a los Estados Unidos. Entró al servicio gubernamental durante la administración Kennedy, pero comenzó a ganar prominencia al lado de Lyndon B. Johnson, cuando este lo nombra consejero para asuntos exteriores. Ocupó la Secretaría de Estado en 1973, formando con Nixon un dúo siniestro.
Su incidencia en la historia de América Latina y el Caribe fueron nefastos, por sus implicaciones en las políticas de terrorismo de Estado y su contubernio con los más connotados criminales y represores del continente.
Un artículo de Jim Lobe, analista de IPS publicado en Rebelión el 28 de marzo de 2002, da cuenta de cómo Kissinger aprobó la represión ilegal contra opositores de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983) cuando era secretario de Estado de los Estados Unidos, según documentos de inteligencia desclasificados.
En conversaciones con su par argentino, Kissinger dijo que Washington respaldaba los esfuerzos de la junta militar para solucionar "el problema terrorista", de acuerdo con los documentos que fueron estudiados por los periodistas Martin Edwin Andersen y John Dinges.
Asimismo, los esfuerzos del entonces embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires por reducir la represión fueron frustrados por la renuencia de Kissinger a respaldarlo.
Los citados documentos fueron desclasificados en medio de una creciente controversia sobre la política exterior de Estados Unidos dirigida por Kissinger en los años setenta. Kissinger fue asesor de Seguridad Nacional del presidente Nixon, luego su secretario de Estado y finalmente desempeñó ese mismo cargo en la administración de Gerald Ford, tras la renuncia de Nixon en agosto de 1974 por el escándalo de Watergate.
El ex secretario de Estado, quien dejó su cargo cuando Jimmy Carter asumió la presidencia en enero de 1977, es un influyente analista de política exterior y consultor de numerosas empresas multinacionales con inversiones en el extranjero. El periodista Christopher Hitchens afirmó en un libro publicado en el 2001 que Kissinger debería ser juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad por su papel en la formulación de las políticas de Washington hacia Vietnam, Chile, Argentina, Chipre e Indonesia entre 1969 y 1977.
Sobre la responsabilidad de Kissinger ante los horrores de las dictaduras del Cono Sur, Patricia Derian, secretaria de Derechos Humanos de la administración Carter dijo pocos meses después de que el secretario de Estado dejara su puesto: “Me enferma el hecho de que con un movimiento imperial de su mano, un norteamericano pueda sentenciar a muerte a la gente sobre la base de un capricho barato (...) Conforme pasa el tiempo voy viendo las huellas de Kissinger en un montón de países. Es la represión del ideal democrático". En 1998, el escritor norteamericano Gore Vidal respondió así a una pregunta sobre la detención de Pinochet: "Pinochet va a cantar si lo procesan. Y si lo hace, tengo la esperanza de que Henry Kissinger sea detenido y enjuiciado por lo que hizo con Chile y con Camboya.
Creo que Kissinger es el más grande criminal de guerra libre en el planeta. Si detienen a Kissinger, en Estados Unidos va a cundir el pánico, porque el país está muy comprometido. Hemos estado en eso continuamente desde 1953, volteando gobiernos y asesinando dirigentes".
Realmente atroz es lo que se ha descubierto sobre el encuentro sostenido por Kissinger y Pinochet el 8 de junio de 1976. Kissinger explica al dictador las presiones del Congreso, dominado por los demócratas, para que EE.UU. recorte su ayuda a Chile si el gobierno militar no frena la permanente violación a los derechos humanos. "Nosotros nos oponemos a las exigencias del Congreso", le aseguró Kissinger, aunque reconoció que el "problema" en torno a los derechos humanos y las protestas de los legisladores "dificulta nuestras relaciones". Luego de justificarse ante el dictador por verse obligado a intervenir ante los miembros de la OEA para hablar sobre derechos humanos, el secretario de Estado "consoló" a Pinochet anticipándole que hablará de este asunto "en general y en un contexto mundial", y que se referirá a Chile en sólo "dos párrafos". "Mi discurso no va dirigido contra Chile —señaló Kissinger. En Estados Unidos, como sabe, simpatizamos con lo que usted está intentando hacer aquí. Mi opinión es que usted es víctima de todos los grupos izquierdistas del mundo, y que su mayor pecado es que ha derrocado a un gobierno [el del socialista Salvador Allende] que se dirigía hacia el comunismo".



KEYNES, JOHN MAYNARD (1883-1946):
Economista inglés que ha ejercido gran influencia sobre la ciencia económica burguesa actual; fue profesor en la Universidad de Cambridge, presidente de una gran compañía de seguros inglesa, autor de varios trabajos sobre problemas generales de la teoría económica, de la teoría del dinero y de la circulación monetaria. El libro más difundido de Keynes es el titulado “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” (1936), en el que se expone la teoría del capitalismo regulado”. La esencia de la teoría keynesiana estriba en que el Estado burgués, con el fin de conservar y consolidar el régimen capitalista, debe intervenir activamente en la vida económica y asegurar elevadas ganancias a los monopolios capitalistas más importantes. Para ello, a juicio de Keynes, hay que fundar y ampliar empresas capitalistas a cuenta del presupuesto estatal, hay que prestar ayuda financiera a los monopolios. No es pequeño el papel que confiere Keynes al desarrollo de las industrias de guerra con el fin de aumentar el empleo de la población y disminuir el crecimiento del paro forzoso. Para llevar a cabo estas medidas, Keynes y sus partidarios proponen elevar los impuestos que pagan los trabajadores, intensificar más aun el trabajo de los obreros. Desde el punto de vista de Keynes, las crisis económicas pueden superarse regulando la circulación monetaria. Para que se eleve la ocupación y se amplíe la producción, propugnaba Keynes que el Estado asegurara el incremento de la rentabilidad del capital disminuyendo el salario real de los trabajadores, redujera el tipo de interés, recurriera a la inflación, mantuviera una política de militarización de la economía a costa de los recursos estatales, aumentara los gastos con otros fines no productivos. Entendía Keynes que el Estado burgués puede reducir el paro forzoso si se regula el consumo, la inversión de capital en la producción y el nivel del tipo de interés. Keynes y sus partidarios (el inglés Beveridge, los norteamericanos Hansen, Chase y otros) se han manifestado como apologistas del capitalismo monopolista de Estado. Los keynesianos creen que para aumentar la producción y el empleo de los obreros hay que asegurar altas ganancias y elevar el consumo no productivo de los capitalistas. Al mismo tiempo, propugnan que el Estado burgués utilice a los desocupados en obras publicas, que han de contribuir a que se incorpore fuerza de trabajo adicional y a que aumente la demanda de artículos de consumo. La idea de Keynes sobre la organización de trabajos públicos obligatorios encontró su aplicación práctica más completa en la Alemania hitleriana. Ahora bien, el que los capitalistas, según recomiendan los keynesianos, aumenten el consumo personal de artículos de lujo no puede provocar ningún aumento significativo de la demanda ni, por tanto, puede influir seriamente en el volumen de la producción. Bajo el capitalismo, los consumidores fundamentales son las masas trabajadoras, y sólo es posible aumentar en gran escala la demanda de bienes de consumo elevando el bienestar de las amplias masas populares, cosa que el keynesianismo no prevé. Carecen de base científica las tentativas de los keynesianos en el sentido de explicar por motivos psicológicos las crisis de superproducción, las fluctuaciones de los precios en el mercado, etc., así como el asignar al tipo de interés un papel extraordinario en la economía del mundo capitalista. Las concepciones económicas de Keynes figuran en la base de la teoría de la “economía dirigida”, teoría difundida en el mundo capitalista y que han incorporado también a su arsenal, los socialistas de derecha y los revisionistas
IDEAS FUNDAMENTALES DEL PENSAMIENTO KEYNESIANO
Keynes y su teoría general por contraposición a las teorías de sus predecesores:
A su juicio las teorías que precedieron a la suya representaban una teoría particular. La suya se ocupaba de todos los equilibrios posibles en un economía de mercado, lo que incluía las situaciones en que había pleno empleo, pero también las de desempleo. Las teorías que se referían a una situación particular: el equilibrio de mercado con pleno empleo, ya no podían concebir equilibrios con desempleo.
Preferencia por la liquidez según Keynes:
Lo que hoy llamaríamos coloquialmente guardar bajo el colchón, Keynes la denomina preferencia por la liquidez. Pero Keynes sabe que es posible “hacer sacar el dinero del colchón” tentando a los individuos para que cedan su dinero a cambio de un interés.
La inversión para Keynes:
Cumple una función determinante para el empleo. La inversión alienta actividades como construir nuevas fábricas, casas, ferrocarriles y, en genera, todo tipo de bienes que no son para consumo directo e inmediato.
Rol que cumple el Estado de acuerdo a Keynes como factor generador de empleo:
Un papel fundamental, si por irracionalidad psicológica y por miedo a la inestabilidad del futuro, los privados no invierten, la única salida para alcanzar el pleno empleo será la inversión que realice el Estado.
Keynes más heterodoxo que sus antecesores:
Su razonamiento teórico sobre la política económica aplicada y una presencia fundamental como el Estado cumpliendo un rol asignado, le da al pensamiento keynesiano aristas más heterodoxas en comparación con sus antecesores, ya que éstos no asignaron una tarea activa interviniendo en los mercados.
Dos herramientas estatales que señala Keynes para lograr el desarrollo económico:
Hay dos herramientas fundamentales para influir en la economía: la política monetaria y la política fiscal. A través de la política monetaria, el gobierno puede variar la cantidad de dinero o la tasa de interés con la que presta dinero a los bancos
Teoría de Karl Mark
1. Introducción
Entre las distintas filosofías radicales que surgieron como reacción contra el capitalismo durante el siglo diecinueve ninguna ha tenido efectos más profundos ni más extensos que la de Karl Marx.
Marx fue un "economista filósofo" y estuvo profundamente influenciado por los escritos de eminente filósofo alemán de comienzos del siglo diecinueve Georg Hegel, y en particular por su "dialéctica" (un método de lógica o razonamiento en la filosofía hegeliana).
La filosofía hegeliana, el procedimiento de la dialéctica, a través de su recondición de opuestos, resulta ser método para la interpretación de la historia. En general la historia es un registro de progreso desde las manifestaciones más bajas hasta las manifestaciones más elevadas del principio de la dialéctica.
Dentro de estas manifestaciones hay doctrinas que surgieron par darle reacciones radicales a la teoría. Estas son:
Interpretación económica de la historia.
Teoría del valor y de los salarios.
Teoría de la plusvalía y de la acumulación del capital.
Teoría de la lucha de clases.
Teoría de la evolución y comunistas.
2. Interpretación económica de la historia
Marx intentó descubrir los principios básicos de la historia. Su método consistió en construir lo que él consideraba una sistema completamente lógico en el que presentaba de una manera científica las leyes del acontecer histórico, las fuentes de poder económico y social y una predicción del futuro inevitable.
Para predecir el curso futuro del el acontecimiento, Marx tuvo que comprender las fuerzas causales que operaban. Estos únicamente podía hacerse mediante el estudio del pasado. Por tal razón buscó las causas fundamentales de los sucesos históricos y las encontró en el ambiente económico en que se desarrollan las sociedades.
Según todos los grandes movimientos políticos, sociales, interactúales y éticos de l historia están determinado por los modos en que las sociedades organizan sus instituciones sociales para llevar a cabo las actividades económicas básicas del la producción, el cambio, la distribución y el consumo de los bienes. Aunque es posible que las motivaciones económicas no sean siembre las causa del comportamiento humano todos las acontecimiento histórico fundaméntales son básicamente el resultado de las variaciones en el modo en que se realizan una o más de estas actividades económicas.
3. Materialismo dialectico
Es un método lógico de análisis de la historia utilizado por Marx que hacía uso de la idea propugnada por Hegel de que los cambios históricos son el resultado de fuerzas conflictivas y que estas fuerzas son básicamente económicas o materialistas. Desde el punto de vista de Marx historia de todo sistema económico, basado en un conjunto de relaciones de producción, cambio, distribución y consumo, crece hasta un estado de eficiencia máxima y después desarrolla contradicciones internas o debilidades internas que hacen que decaiga. Para ese momento ya han comenzado a tomar forma las raíces de un sistema opuesto; finalmente este nuevo sistema expulsa al sistema antiguo adoptado de él las mejores características que pudiera poseer. Este proceso dinámico continúa y con ello la sociedad se ve impulsada a ir de una etapa a otra en su historia a medida que un nuevo sistema se impone sobre al anteriormente existente.
4. Teoria del valor y de los salarios
Para Marx la palabra "valor" tenía el mismo significado que para otros economista ortodoxos tanto anteriores como posteriores. Valor es la capacidad de una mercancía para demandar otras mercancías a cambio de sí misma; esta capacidad o poder es medida por las cantidades proporcionales en que esa mercancía se intercambia con todas las restantes mercancías. De la misma manera, para Marx y para los otros economistas, el precio de una mercancía es su poder para demandar dinero a cambio de ella; el precio es simplemente el "nombre monetario" del valor de la mercancía.
Entonces la teoría de Marx se basaba en una sociedad capitalista madura está compuesta únicamente por dos clases sociales: una sociedad capitalista que es propietaria de, y controla los, medios de producción y una clase obrera que no posee ni controla nada y, por lo tanto, sirve a la clase capitalista.
La clase capitalista encuentra que, en su lucha competitiva para lograr beneficios, debe pagar a la clase obrera el nivel mínimo posible de salarios. Los salarios que pague estarán al nivel del salario justamente suficiente para que la población obrera se mantenga principalmente en sus necesidades físicas o biológicas y en mejor medida en sus necesidades sociales y de hábitos.
5. Teoria de la plusvalía y de la acumulación de capital
En el modelo de Marx la plusvalía surge cuando se utiliza un obrero en la producción de una mercancía es el capitalista el que determina la duración de la jornada laboral. El valor de lo que el obrero produce viene determinado por el tiempo de trabajo incorporado en la mercancía. El salario que percibe el obrero viene determinado por el "nivel de vida de subsistencia". El obrero no cese de producir cuando el valor de lo que ha creado es igual al salario de subsistencia; por el contrario, continúa produciendo y el valor que él crea por encima del su salario de subsistencia representa la "plusvalía", que va al capital.
Para Marx, la plusvalía es la fuerza motriz del sistema capitalista. El incentivo clave que empuja a los capitalistas a dedicarse a la producción. Los esfuerzo por parte de los capitalistas por aumentar la plusvalía puede adoptar la forma de aumento de la producción de los obreros y introduciendo maquinarías que supone un ahorro de mano de obra, con lo que se hace posible despedir a algunos obreros mientras que los que se queden tiene que trabajar más horas o con mayor intensidad.
6. Teoria de la lucha de clase
En el término económico Marx encontró dos grupos de lucha de clase que es: El capitalista opresor o clase burguesa y el proletariado opromido o clase obrera. El primero se deriva de su ingreso de la propiedad de los medios de producción y de la explotación del trabajo de los obreros; el segundo no tiene nada en propiedad excepto su fuerza de trabajo y, puesto que su modo de vida depende de la percepción de un salario, debe vender su fuerza de trabajo con objeto de poder vivir.
En está teoría Marx propuso que el obrero se uniera para hacer que sus derechos no fueran marginados y así controlar la burguesía.
7. Consecuencias de la Producción Capitalista
Según Marx, la lucha de clases podría continuar indefinidamente, a no ser por la existencia de ciertas contradicciones que surgen automática e inevitables en el interior del sistema capitalista. Entre las contradicciones más importantes están: el aumento de desempleo (este es el esfuerzo de los capitalistas por aumentar sus plusvalías y por acumular capita se traduce en un desplazamiento de la mano de obra y el incremento de la miseria a medida que aumenta el ejército de parados), Disminución de la tasa de beneficios. (A medida que se acumulan el capital una porción creciente del mismo se destina a capital físico tal como maquinaria ahorradora de trabajo, que no proporcione plusvalía, mientras que una proporción decreciente se destina al capital humano o trabajo, que es el único productor de plusvalía), Ciclos económicos (con el aumento del paro, y con una tasa decreciente de beneficios, y con la tendencia a que los salarios permanezcan en el nivel de subsistencia, resulta inevitable la incertidumbre y la inestabilidad), Concentración y monopolización del capital (de este modo la competencia entre los capitalistas se va haciendo progresivamente más intenso( y Capitalismo e Imperialismo financiero unido a está estaría los grandes bancos que abarcaría todo el sector financiero.
8. Teoria de la evolucion socialista y comunista
Marx defendió que en algún momento futuro el capitalismo debe recibir un golpe mortal a manos de los obreros. Cuando esto suceda el capitalismo se verá suplantado por el socialismo y el mismo lo definimos como una etapa de transición entre el Capitalismo y el Comunismo pleno, una etapa en la que propiedad de los medios de producción pertenece al estado, y este estado es a su vez controlado por los obreros. Por ello el socialismo tiene dos características principales.
Dictadura del Proletariado que significa que el alto poder de clase (burguesía) seria derrocado por el socialismo marxista de forma tal que fuese controlada por la clase obrera.
Retribuciones del acuerdo con el trabajo realizado esto quiere decir que el obrero merecerá la paga justa por su trabajo de acuerdo a la cantidad que produzca y el tiempo.
Dentro de la ideología marxista el comunismo es el objetivo final y perfecto del desarrollo
De la historia. Esto quiere decir que dentro de este sistema no existirá lucha de clase alguna cada persona trabajará por sus capacidades y necesidades.
Cabe mencionar que Karl Marx era un economista con una visión futurista que resaltó los ideales de la clase obrera.
9. Resumen
Marx fue un "economista filósofo" y estuvo profundamente influenciado por los escritos de eminente filósofo alemán de comienzos del siglo diecinueve Georg Hegel, y en particular por su "dialéctica" (un método de lógica o razonamiento en la filosofía hegeliana).
La filosofía hegeliana, el procedimiento de la dialéctica, a través de su recondición de opuestos, resulta ser método para la interpretación de la historia. En general la historia es un registro de progreso desde las manifestaciones más bajas hasta las manifestaciones más elevadas del principio de la dialéctica.
Dentro de estas manifestaciones hay doctrinas que surgieron par darle reacciones radicales a la teoría. Estas son:
Interpretación económica de la historia.
Teoría del valor y de los salarios.
Teoría de la plusvalía y de la acumulación del capital.
Teoría de la lucha de clases.



LENING
En las últimas décadas del siglo XIX, el abismo existente entre el zar Alejandro III, defensor del absolutismo bizantino de sus antepasados, y la clase cultivada se había agravado hasta tal punto que la lucha contra el zarismo había llegado a ser, entre los rusos cultos, un deber y un honor. La oposición política y el movimiento revolucionario crecían bajo el empuje de una "intelligentsia" que hacía acólitos en las escuelas, en las fábricas, los periódicos y las oficinas. Seis años después de la muerte de su antecesor, Alejandro II, precisamente el 1 de marzo de 1887, un grupo de jóvenes nihilistas intentó acabar con la vida del zar. El atentado fracasó y los terroristas fueron apresados. Entre los condenados a muerte figuraba Alexander Uliánov, el hermano mayor del futuro Lenin. Al enterarse por la prensa de que el grupo había sido ahorcado en San Petersburgo, el muchacho recibió una impresión indeleble, que con el tiempo se transformaría en la más firme y decidida oposición al zarismo. Pero ya entonces, con la lucidez de un visionario, resumía la situación en esta frase de condena a los métodos del terrorismo individual: «Nosotros no iremos por esta vía. No es la buena».
En el camino de la revolución
Vladímir llich Uliánov, conocido como Lenin, nació el 22 de abril de 1870, en el seno de una familia típica de la intelectualidad rusa de fines del siglo XIX. Era el cuarto de los seis hijos habidos por llia Uliánov y María Alexandrovna Blank, quienes se habían establecido el año anterior a su nacimiento en Simbirsk, una ciudad de provincias pobre y atrasada, a orillas del Volga. El padre, un inspector de primera enseñanza, compartía las ideas de los demócratas revolucionarios de 1860 y se había consagrado a la educación popular, participando de la vida de los campesinos rusos confinados en la miseria y la ignorancia. La madre, de ascendencia alemana, amaba la música y seguía de cerca las actividades escolares de sus hijos. Por su carácter apacible y tierno -jamás imponía castigos ni levantaba la voz-, despertó en los suyos un amor rayano en la adoración.
El ambiente estudioso de la casa, donde no faltaba una buena biblioteca, propiciaba el desarrollo del sentido del deber y la disciplina. Vladímir seguía el ejemplo de su hermano mayor, era un muchacho perseverante y tenaz, un alumno asiduo y metódico que obtenía las mejores notas y destacaba en el ajedrez. A los catorce años comenzó a leer libros «prohibidos» -Rusia vivía entonces bajo la más negra represión y la lectura de los grandes demócratas era considerada un delito-.
Cuando Alexander fue ahorcado, al año siguiente de que muriera el padre, la familia debió trasladarse a la fuerza a la aldea de Kokuchkino, cerca de Kazán. En esa época Vladímir abandonó la religión, pues, como diría más adelante, la suerte de su hermano le «había marcado el destino a seguir». En Kazán inició sus estudios de derecho en la universidad imperial, uno de los focos de mayor oposición al régimen autocrático. El mismo año de su ingreso, 1887, Vladímir fue detenido por participar en una manifestación de protesta contra el zar. Cuando uno de los policías que lo custodiaban le preguntó por qué se mezclaba en esas revueltas, por qué se daba cabezazos contra un muro, su respuesta fue: «Sí, es un muro, cierto, pero con un puntapié se vendrá abajo».
Expulsado de la universidad, se dedicó por entero a las teorías revolucionarias, comenzó a estudiar las obras de Marx y Engels directamente del alemán, y leyó por primera vez El capital, lectura decisiva para su adhesión al marxismo ortodoxo. Ya en sus primeros escritos defendió el marxismo frente a las teorías de los "naródniki", los populistas rusos. En mayo de 1889 la familia se trasladó a la provincia de Samara, donde, después de muchas peticiones, Lenin obtuvo la autorización para examinarse en leyes como alumno libre. Tres años después se graduó con las más altas calificaciones y comenzó a ejercer la abogacía entre artesanos y campesinos pobres.
Ya en esa época, en el grupo marxista del que formaba parte le decían el Viejo por su vasta erudición y su frente socrática, precozmente calva. El rostro de corte algo mongólico, con los pómulos anchos y los ojos de tártaro, entrecerrados e irónicos, el porte robusto y el poderoso cuello le daban el aspecto de un campesino. Abogado sin pleitos, Lenin se inscribió en las listas de instructores de círculos obreros, llamados «universidades democráticas». Organizó bibliotecas, programas de estudio y cajas de ayuda con el objetivo de enseñar los métodos de la lucha revolucionaria, para formar así cuadros obreros, propagandistas y organizadores de círculos socialdemócratas, con miras a la formación de un futuro partido. Para ello necesitaba contar con el apoyo de los grupos marxistas emigrados, dirigidos por Grigori Plejánov, y en abril de 1895 viajó al extranjero, decidido a estudiar el movimiento obrero de Occidente. Pasó unas semanas en Suiza, luego visitó Berlín y París, donde tuvo como interlocutores a Karl Liebknecht y Paul Lafargue.
Al regresar, fue detenido con su futuro rival Julij Martov por la Ochrana, la policía secreta del zar. En la cárcel, Lenin rápidamente se puso a trabajar. Se comunicaba con el exterior a través de su hermana Ana y de Nadezda Krupskáia, una estudiante adherida al círculo marxista, que, para poder visitarlo en la prisión, había declarado ser su novia. Más tarde, en 1898, un año después de que fuera deportado a la Siberia meridional, cerca de la frontera con China, contrajo matrimonio con Nadezda en una ceremonia religiosa.
En el destierro, la pareja llevó una vida ordenada, sin sobresaltos, que le permitió a Lenin terminar de redactar su primera obra fundamental, El desarrollo del capitalismo en Rusia, en la que sostiene que el país semifeudal avanza decididamente hacia el capitalismo industrial.
En el exilio
Después de casi mil días en Siberia, a poco de comenzar el siglo y con treinta años de edad, Lenin comenzaba su primer exilio en Suiza. Allí, reunido con Martov, puso en marcha un proyecto largamente acariciado: la publicación de un periódico socialdemócrata de alcance nacional. El primer número de Iskra (La Chispa) vio la luz el 21 de diciembre de 1900, con un editorial de Lenin encabezando la primera página. En sus andanzas, entre Munich y Ginebra, fue en esta época cuando se convirtió en el líder de los marxistas rusos, sobre todo después de la publicación del libro ¿Qué hacer?, una de sus obras más importantes, en la que reclamaba la necesidad de una organización de revolucionarios profesionales y sintetizaba la idea del partido como vanguardia de la clase obrera.
Fue justamente la polémica desatada en torno a cómo estructurar el partido lo que provocó profundas divergencias en el 11 Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso inaugurado por Plejánov en julio de 1903. En él se consumó la ruptura entre Martov y Lenin. Desde entonces los partidarios de este último se llamaron «bolcheviques», por mayoría frente al grupo de los «mencheviques», minoritarios. Y desde entonces el partido de cuadros profesionales, centralizado y disciplinado, fue el pilar básico del bolchevismo.
La revolución de 1905, que había estallado en San Petersburgo tras el «domingo sangriento» en que las tropas del zar dispararon sobre manifestantes indefensos, causando más de mil muertos y cinco mil heridos, sorprendió a Lenin en Suiza. La presión de las masas obligó al decadente régimen zarista a hacer algunas concesiones liberales: ahora los bolcheviques actuaban en la legalidad, y ello permitió a Lenin regresar a Rusia en octubre de ese año para ponerse al frente de sus partidarios. Pero las esperanzas de que se produjeran nuevos levantamientos no se concretaron y, ante los intentos de la policía por detenerle, a fines del verano siguiente, Lenin huyó a Finlandia. El proceso insurreccional había sido un fracaso y el gobierno de los zares volvía a endurecer sus métodos, hasta liquidar totalmente las conquistas logradas por la revolución. Sumida en el pesimismo y las rencillas internas, la fracción bolchevique se resintió con la derrota, hasta tal punto que viejos militantes la abandonaron.
Huyendo de la policía, Lenin pasó de Finlandia a Ginebra, donde comenzó su segundo exilio, que habría de prolongarse hasta 1917. En aquella época hicieron su aparición el insomnio y los dolores de cabeza que habrían de perseguirle por el resto de sus días. La vida errante de los exiliados lo llevó a París, donde él y Nadezda soportaron duras estrecheces económicas que les obligaban a dar clases o a escribir reseñas para ganar algo de dinero, en medio de una serie de dificultades. La dureza de aquellos días en la capital francesa se vio en parte aliviada por la presencia de Inés Armand, una militante parisiense, inteligente y feminista, a la que se dice le unió un profundo amor. Fruto de su segundo exilio es la obra publicada en 1909, Materialismo y empiriocriticismo, en la que Lenin expone sus reflexiones filosóficas fundamentales, en un intento de culminar la teoría del conocimiento marxista.
Pasada la etapa de la más dura reacción, que se extendió hasta 1911, comenzaron a llegar noticias alentadoras de San Petersburgo. Una huelga iniciada en los yacimientos del Lena fue bárbaramente reprimida con centenares de muertos, lo que originó un gran descontento y una huelga general. Lenin presentía que se acercaba una ola de efervescencia revolucionaria y abandonó París en junio de 1912 para instalarse más cerca de sus partidarios, en Cracovia. Allí le visitaban los diputados bolcheviques para informarle sobre la situación interna y pedirle instrucciones. En marzo de ese mismo año había aparecido el primer número de Pravda (La Verdad), diario obrero que Lenin dirigía desde el exterior y que pronto gozó de una gran difusión. Así, mientras las grandes potencias ultimaban sus preparativos para la primera conflagración mundial, entre los proletarios rusos crecía la influencia de Lenin.
El estallido de la Primera Guerra Mundial supuso un giro decisivo en la historia del socialismo. Lenin, que había confiado en la socialdemocracia alemana, cuando se enteró de que los diputados alemanes -y también franceses- votaban unánimemente a favor de los créditos de guerra para sus respectivos países, de inmediato denunció la traición. Para Lenin, la guerra no era más que una «conflagración burguesa, imperialista y dinástica... una lucha por los mercados y una rapiña de los países extranjeros». El socialismo occidental, acaudillado por los revisionistas alemanes, había pasado a una evidente colaboración con la democracia burguesa, y por ende, el movimiento internacional estaba roto. Era necesario preparar una conferencia de los socialistas que se oponían al conflicto bélico, para impugnar definitivamente al sector revisionista.
El encuentro se celebró en Zimmerwald, en septiembre de 1915, y en él Lenin intentó sin éxito convencer a los representantes de que adoptaran la consigna: «Transformar la guerra imperialista en guerra civil». Fue en este período de defección de los líderes políticos y de desconcierto para los obreros socialistas, cuando el revolucionario ruso, que hasta entonces era poco conocido fuera de los círculos marxistas de su país, se convirtió en una primera figura internacional. En sus manos, la doctrina marxista recuperó su sentido transformador y su fuerza revolucionaria, como se ve en la obra escrita durante el período bélico, El imperialismo, fase superior del capitalismo, donde usa las herramientas del análisis económico marxista para probar que la revolución, a diferencia de lo que postulaban Marx y Engels, también es posible en países atrasados como Rusia.
La Revolución de Octubre
El cansancio y el derrotismo general en las naciones beligerantes a comienzos de 1917 desembocó en el imperio de los zares en un amplio movimiento revolucionario que, al grito de «¡Viva la libertad y el pueblo!», ganó las principales ciudades. Los trabajadores de Petrogrado se organizaron en soviets, o consejos de obreros, y la guarnición de la ciudad, encabezada por los mismos regimientos de la guardia imperial, se sumó en masa al movimiento. Sin que nadie se atreviera a defenderlo, en la semana del 8 al 15 de marzo el régimen zarista sucumbía para ser reemplazado por un gobierno provisional formado por partidos pertenecientes a la burguesía y apoyado por el soviet de Petrogrado
A través de Pravda, Lenin publicaba sus «Cartas desde el exilio», con instrucciones para avanzar en la revolución, aniquilando de raíz la vieja maquinaria del Estado. Ejército, policía y burocracia debían ser sustituidos por «una organización emanada del conjunto del pueblo armado que comprenda sin excepción todos sus miembros». Un mes después de la abdicación del zar, en abril de 1917, Lenin llegaba a la estación Finlandia de Petrogrado, tras atravesar Alemania en un vagón blindado proporcionado por el estado mayor alemán. A pesar de las disputas políticas que originó su negociación con el gobierno del káiser, Lenin fue recibido en la capital rusa por una multitud entusiasta que le dio la bienvenida como a un héroe. Pero el jefe de los bolcheviques no se comprometió con el gobierno provisional y, por el contrario, terminó su discurso de la estación con un desafiante «¡Viva la revolución socialista internacional!».
Muchos de sus camaradas habían aceptado la autoridad de dicho gobierno, al que Lenin calificaba de «imperialista y burgués», acercándose así a las corrientes izquierdistas de la clase obrera, cada vez más radicalizadas, y con el apoyo de un importante aliado, Trotski. A pesar de que los bolcheviques aún constituían una minoría dentro de los soviets, Lenin lanzó entonces la consigna: «Todo el poder para los soviets», pese al evidente desinterés de los mencheviques y los socialistas revolucionarios por tomar tal poder.
Para hacer frente a la presunta amenaza de un golpe de estado por parte de los seguidores de Lenin, en el mes de julio la presidencia del gobierno provisional pasó a manos de un hombre fuerte, Kerenski, en sustitución del príncipe Lvov. Al cabo de unos días aquél ordenó que le detuvieran y Lenin se vio obligado a huir a Finlandia: cruzó la frontera como fogonero de una locomotora, sin barba y con peluca, y se estableció en Helsingfors. Fue ésta su última etapa de clandestinidad, que habría de durar tres meses. En ellos escribió la obra que con el tiempo sería calificada de utopía leninista, El Estado y la revolución, por su concepción del Estado como aparato de dominación burguesa, destinado a desaparecer tras la etapa transitoria de la dictadura del proletariado y el advenimiento del comunismo.
A medida que la situación interna se agravaba, Lenin desde el exterior urgía al partido a preparar la sublevación armada: «El gobierno se tambalea, hay que asestarle el golpe de gracia cueste lo que cueste». Ya los bolcheviques controlaban el soviet de Moscú y el de Petrogrado estaba bajo la presidencia de Trotski, cuando, el 2 de octubre, Lenin volvió a entrar clandestinamente en la capital rusa. Cuatro días más tarde se presentaba disfrazado en el cuartel general del partido para dirigir el alzamiento. El día 7 estallaba la insurrección y las masas asaltaban el palacio de Invierno. Según escribe Trotski, Lenin se dio cuenta entonces de que la revolución había vencido, y sonriendo le dijo: «El paso de la clandestinidad, con su eterno vagabundeo, al poder es demasiado brusco, te marea». Y ése fue su único comentario personal antes de volver a las tareas cotidianas. Al día siguiente era nombrado jefe de gobierno y lanzaba su famosa proclama a los ciudadanos de Rusia, a los obreros, soldados, campesinos, ratificando los grandes objetivos fijados por la revolución: construir el socialismo en el marco de la revolución mundial y superar el atraso de Rusia.
La revolución había llegado al poder, pero ahora había que salvarla, y la tarea más urgente para ello, según Lenin, era firmar la paz inmediata. El Tratado de Brest-Litovsk, signado por Trotski el 3 de marzo de 1918, concertó la paz unilateral de Rusia con Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía. El tratado ahondó aún más las divergencias con los socialistas revolucionarios -que en agosto atentaron contra la vida de Lenin-, y contribuyó a intensificar la decisión de las fuerzas contrarrevolucionarias para derribar al nuevo gobierno con el apoyo de los países aliados, especialmente Francia y Estados Unidos. Durante dos años, entre 1918 y 1920, la guerra civil condujo al gobierno soviético al borde del desastre; por último, el ejército de los contrarrevolucionarios, los «blancos», conducido por antiguos generales zaristas, fue derrotado por el Ejército Rojo, formado por campesinos y obreros y dirigido por Trotski. Pero el país quedó devastado, la economía maltrecha y el hambre se enseñoreó de grandes regiones. El reto más grande de la revolución pasó a ser entonces la reconstrucción económica de Rusia, tarea que Lenin se propuso encarar a través de la NEP (nueva política económica), que detuvo las expropiaciones campesinas y supuso una apertura hacia una economía de mercado bajo control.
Pese a las dificultades de la guerra civil, Lenin concretó en 1919 su viejo sueño de fundar una nueva Internacional. En su opinión, el destino de Rusia dependía de la revolución mundial, y en especial del futuro del movimiento llevado adelante en Alemania por los espartaquistas. El 2 de marzo de 1919, en Moscú, inauguró el Primer Congreso de la III Internacional, invocando a los líderes del comunismo alemán asesinados: Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. La Comintern elevó el comunismo ruso a la categoría de modelo a imitar por todos los países comunistas del mundo y, al defender los movimientos de liberación nacional de los pueblos coloniales y semicoloniales de Asia, logró ampliar enormemente el número de aliados de la Revolución soviética.
A finales de 1921, la salud de Lenin se vio gravemente afectada: sufría de insomnios progresivamente acusados y sus dolores de cabeza eran cada vez más frecuentes. En marzo del año siguiente asistió por última vez a un congreso del partido, en el que fue elegido Stalin secretario general de la organización. Al mes siguiente se le intervenía quirúrgicamente para extraerle las balas que continuaban alojadas en su cuerpo desde el atentado sufrido en 1918. Si bien se recuperó rápidamente de la operación, pocas semanas después sufrió un serio ataque que, por un tiempo, le impidió el habla y el movimiento de las extremidades derechas. En junio su salud mejoró parcialmente y dirigió la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Pero en diciembre sufrió un segundo ataque de apoplejía que le impidió cualquier posibilidad de influir en la política práctica. Aun así, tuvo la fuerza de dictar varias cartas, entre ellas su llamado «testamento» en la que expresa su gran temor ante la lucha por el poder entablada entre Trotski y Stalin en el seno del partido. El 21 de enero de 1924 una hemorragia cerebral acabó con su vida. El hombre que detestaba el culto a la personalidad y abominaba de la religión fue embalsamado y depositado en un rico mausoleo de la plaza Roja. La lucha contra el Lenin de carne y hueso no había hecho más que comenzar.
Jefe de la clase obrera rusa e internacional, gran continuador de la obra de Marx y Engels, fundador del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Estado soviético. A finales de los años ochenta del siglo pasado y durante la ultima década del mismo, Lenin estudia el marxismo y se incorpore a la lucha política. Desde entonces, Lenin desempeña un relevante papel en la elaboración creadora de todos los aspectos de la teoría marxista aplicada a la nueva situación histórica, en la aplicación concreta de dicha teoría teniendo en cuenta las condiciones de Rusia, en la dirección del movimiento revolucionario ruso e internacional de la clase obrera y de todos los trabajadores. En diversas etapas históricas, Lenin resolvió con espíritu creador los problemas del desarrollo social que habían madurado, enriqueció el marxismo con magnos descubrimientos. Con pleno derecho se ha denominado marxismo—leninismo la teoría revolucionaria de la clase obrera. Lenin contribuyó con una extraordinaria aportación al desarrollo de la economía política marxista. En los inicios de su actividad revolucionaria, Lenin llevó hasta el fin la derrota ideológica del populismo.
En los trabajos “Nuevos movimientos económicos en la vida campesina” (1893), “En torno al llamado problema de los mercados” (1893), “¿Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas?” (1894), “Contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve. (Reflejo del marxismo en la literatura burguesa)” (1895), y también en la obra clásica “El desarrollo del capitalismo en Rusia’’ (1899), Lenin, aplicando con espíritu creador el marxismo al análisis del régimen económico de Rusia, sometió a una crítica exhaustiva las concepciones de los populistas y de los marxistas legales. Lenin mostró que en el proceso de desarrollo del capitalismo tal como se daba en Rusia, se manifestaban las leyes generales del modo capitalista de producción. Criticó los errores teóricos de los populistas, que, en lo tocante al mercado interior y al desarrollo del capitalismo en Rusia, afirmaban que la plusvalía no podía realizarse si no existían los pequeños productores y el mercado exterior. Demostró que en un país donde se desarrolla el capitalismo, se produce una diferenciación de los pequeños labradores en empresarios agrícolas y proletarios asalariados, de suerte que el capitalismo crea para si el mercado interior. Representaron una contribución importantísima para la economía política marxista los trabajos de Lenin sobre la cuestión agraria en los cuales se generalizan los datos concernientes al desarrollo de la agricultura en Rusia y en otros países: “El problema agrario y los «críticos de Marx»” (1907), “El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 1905 — 1907’’ (1907), “Nuevos datos acerca de las leyes del desarrollo del capitalismo en la agricultura” (1914-1915), y otros. En su lucha contra el revisionismo ruso y de Europa occidental, que negaba la vigencia de las leyes de la concentración y de la centralización del capital en la agricultura, Lenin analizó científicamente las particularidades que presenta el desenvolvimiento del capitalismo en el agro. Desenvolvió la teoría marxista sobre la renta diferencial y la renta absoluta, puso de relieve la función obstaculizadora de esta última para el progreso de las fuerzas productivas en el campo, mostró la inconsistencia de las afirmaciones de los economistas burgueses sobre la existencia de la “ley de la fertilidad decreciente del suelo”. Examinó el problema relativo a la posibilidad, las condiciones y las consecuencias económicas de la nacionalización de la tierra en la revolución democrático-burguesa y en la socialista. Lenin desarrolló con espíritu creador la doctrina de Marx y Engels después de investigar los nuevos fenómenos que, en el desarrollo del capitalismo, aparecieron a últimos del siglo XIX y comienzos del XX, creó la teoría del imperialismo y sentó las bases de la doctrina sobre la crisis general del capitalismo. Lenin expuso su análisis científico del imperialismo en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo” (1916) así como en sus trabajos: “La bancarrota de la II Internacional” (1915), “El socialismo y la guerra” (1915), “La consigna de los Estados Unidos de Europa” (1915) ‘‘En torno al folleto de Junius” (1916), “Sobre una caricatura del marxismo y sobre el «economismo imperialista»” (1916), “El programa militar de la revolución proletaria” (1916), ‘‘El imperialismo y la escisión del socialismo” (1916), y otros. Lenin puso de manifiesto que los monopolios constituyen la base más profunda del imperialismo, descubrió el nexo y la relación recíproca entre las peculiaridades económicas fundamentales del imperialismo y mostró cuál es el lugar histórico que le corresponde. Llegó a la conclusión de que el imperialismo es el capitalismo: 1) monopolista, 2) parasitario o en descomposición y 3) agonizante. De ahí que eI imperialismo sea la antesala de la revolución socialista. Lenin mostró que en la época imperialista se forma el sistema capitalista de economía mundial, y la explotación del trabajo por el capital se complementa con la explotación de los pueblos de los países coloniales y semicoloniales por el capital financiero de las metrópolis. Éste es el motivo de que el hundimiento del capitalismo se produzca como resultado de la lucha revolucionaria de la clase obrera por el socialismo y de la lucha de liberación nacional que sostienen los pueblos sometidos al imperialismo. No puede salvar al régimen capitalista el capitalismo monopolista de Estado, que une la fuerza de los monopolios y del Estado en un solo mecanismo, con el fin de enriquecer a los monopolios y aplastar tanto al movimiento obrero como al de liberación nacional. Lenin mostró que el capitalismo monopolista de Estado constituye la preparación material más completa del socialismo. Realizó un profundo análisis de la ley de la desigualdad del desarrollo económico y político de los países capitalistas en el período del imperialismo y llego a la conclusión de que la revolución socialista podía triunfar inicialmente en varios países capitalistas o en uno solo de ellos. Esto constituía el desarrollo creador de la teoría de la revolución socialista cuya veracidad ha sido brillantemente confirmada por la historia. Importantísima es la contribución de Lenin al desenvolvimiento de la economía política del socialismo y del comunismo. En sus trabajos “El Estado y la revolución” (1917). “Las tareas inmediatas del Poder Soviético” (1918), “Cómo organizar la emulación’’ (1918), “Una gran iniciativa” (1919), “Acerca de un plan económico único” (1921), “Economía y política en la época de la dictadura del proletariado” (1919), “Sobre el impuesto en especie” (1921). “De la cooperación” (1923) y otros varios, Lenin sentó las bases de la economía política del socialismo y del comunismo. Formuló una caracterización general del socialismo y del comunismo, puso de manifiesto los rasgos comunes a las dos fases del comunismo, mostró la diferencia esencial que entre una y otra existe y que es determinada por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, por el grado de madurez económica y política de la saciedad, por la preparación cultural de los trabajadores. Al señalar las tareas de la edificación socialista en Rusia, Lenin indicaba que era necesario electrificar el país, organizar la industria, la agricultura y el transporte sobre la base técnica de la gran industria moderna. Consideraba Lenin que la productividad del trabajo es lo más importante para la victoria del nuevo régimen social. De ahí que la tarea principal, después de la victoria de la revolución socialista, consista en alcanzar la máxima productividad del trabajo, y en relación con ello (y para ello), lograr su máxima organización. Mostró que una vez el proletariado en el poder del Estado, el auge de las fuerzas productivas de la agricultura se halla vinculado a la transformación socialista da la agricultura mediante la cooperación. A la vez que exhortaba a aprovechar el entusiasmo revolucionario de las masas, Lenin insistía en la extraordinaria importancia que tiene, bajo el socialismo, interesar a los trabajadores en el aspecto material por los resultados de su trabajo. Lenin reveló el valor de la emulación socialista como recurso cardinal para incorporar a las masas a la edificación de la nueva sociedad y elevar la productividad del trabajo. Estimó en alto grado los sábados comunistas como una gran iniciativa, consciente y voluntaria, de los trabajadores y vio en este movimiento el “principio del comunismo en la práctica”. Consideraba que constituye una condición importantísima y necesaria de las transformaciones socialistas y comunistas asegurar a cada miembro de la sociedad las mismas posibilidades de utilizar todos los resultados de la ciencia y de la cultura, asegurar el desarrollo libre e integral de cada trabajador. Formuló los principios de la revolución cultural socialista, en el transcurso de la cual el saber se convierte en patrimonio de las amplias masas trabajadoras. Dedicó gran atención a elaborar los principios en que ha de basarse el gobierno de la sociedad y con este motivo caracterizó la correlación entre economía y política en el período de la construcción del socialismo. “La tarea de dirigir el Estado —escribió Lenin— planteada ahora en primer término ante el Poder Soviético presenta, además, la particularidad de que ahora se trata de una dirección en que no es la política, sino la economía lo que adquiere principal importancia”. Lenin demostró que sólo la vanguardia de la clase obrera, el Partido Comunista, orientador de la actividad de los trabajadores en todas los esferas de la vida social, puede dirigir el proceso de las transformaciones sociales. Lenin dirigió un inmenso trabajo práctico en la creación de la nueva sociedad en la U.R.S.S. Bajo su dirección, el Partido elaboró el plan de la transformación radical del país, el plan de la edificación del socialismo. Al formular la teoría sobre la victoria de la revolución socialista en un solo país, Lenin fundamentó el principio de la coexistencia pacífica de los estados socialistas y capitalistas, así como el de la emulación económica entre ellos. La herencia leninista constituye una de las fuentes de la actividad creadora del Partido Comunista de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional con miras a la transformación revolucionaria de la sociedad, a la edificación del socialismo y del comunismo. Las ideas de Lenin se han concretado y desarrollado en el programa del P.C.U.S. adoptado por el XXII Congreso del Partido (1961), programa que constituye el plan científico de la construcción de la sociedad comunista.



MALTHUS, THOMAS ROBERT (1766-1834)
Economista burgués reaccionario, fundador de la economía política vulgar en Inglaterra, sacerdote; por su origen, pertenecía a la clase terrateniente y fue un ideólogo de la clase feudal. Sus obras principales son “Ensayo sobre la ley de la población” (1789) y “Principios de economía política” (1817). Con miras a la defensa de las clases dominantes, ante todo de los señores feudales, Malthus intentó explicar la desigualdad económica, la miseria y la pobreza de las masas trabajadoras bajo el capitalismo recurriendo a las leyes “naturales”, a las leyes “eternas” de la naturaleza. Afirmaba que la población se duplica cada 25 años, es decir, crece en progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia en el mejor de los casos aumentan en progresión aritmética. Apoyaba su tesis sobre el aumento de la población presentando el ejemplo de los Estados Unidos y haciendo por completo caso omiso de la inmigración; en lo tocante al crecimiento de la producción de los medios de subsistencia aducía como ejemplo el de los atrasados países coloniales. De su examen infería Malthus la conclusión de que la miseria y la penosa situación de los trabajadores son una consecuencia de la superpoblación absoluta, es decir, se deben a que los hombres se reproducen más rápidamente que el ritmo en que aumenta la cantidad de medios de subsistencia. A su entender, los principales medios de evitar la falta de concordancia entre el crecimiento de la población y el de los medios de subsistencia son las enfermedades epidémicas, el hambre, las guerras, la renuncia al matrimonio y la limitación de la natalidad. Por el influjo de Malthus, se suprimieron en Inglaterra los exiguos subsidios que se concedían a los pobres y se organizaron “casas de trabajadores”. En su teoría de la realización, Malthus intentaba justificar la existencia de la clase de los terratenientes sosteniendo que la ganancia se debe a que los precios de las mercancías superan al valor de las mismas; de ello sacaba la conclusión de que se requiere un tipo especial de división del trabajo, de suerte que el capitalista debe ocuparse de la producción y de la acumulación, mientras que el derroche de la riqueza ha de ser cosa de la aristocracia terrateniente, de las personas que reciben asignaciones del Estado, de la Iglesia, etc. Las concepciones de Malthus, sobre todo las relativas a la población, algo modificadas, se han difundido ampliamente entre los economistas burgueses, defensores del capitalismo. Los malthusianos modernos (ver Neomalthusianismo) utilizan las ideas pseudocientíficas de Malthus para defender la “teoría” racial, para justificar la permanente desocupación masiva, para exaltar las guerras y las medidas del capital monopolista contra el movimiento obrero y contra la lucha de liberación nacional de los pueblos oprimidos por el imperialismo. Los clásicos del marxismo-leninismo han sometido a una crítica demoledora las concepciones maltusianas. Han demostrado que en la sociedad humana no existe una ley “eterna” y extrahistórica de la población, que a cada modo de producción le son inherentes leyes de población propias, y que la existencia de una superpoblación relativa (pero no absoluta) bajo el capitalismo es una consecuencia de la ley general de la acumulación capitalista (ver). Como pone de manifiesto la experiencia de la construcción del socialismo en varios países, el desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso científico y técnico permiten asegurar la existencia acomodada de la población del globo terráqueo y su incremento. Y si en el mundo capitalista, las masas trabajadoras sufren duras privaciones, la culpa de ello recae por entero en el régimen capitalista
En 1785, entró en el St. John´s College de Cambridge, donde se interesó principalmente por la filosofía y las matemáticas. Fue elegido asociado, entró en la Iglesia y, durante unos años, estuvo de párroco rural.
En junio de 1793, Malthus recibió una beca que le permitió permanecer en Cambridge hasta 1804, en que renuncia para casarse. Desde 1796, se las arreglaba para atender el curato de Albury, cerca de la nueva casa paterna, y Cambridge.
Entonces desarrolló su famoso Essay on the Principle of Population as it affects the Future Improvement of Society (Los Principios de la Población y sus Efectos Futuros sobre la Sociedad), publicado en 1789.
La primera edición, con sus amplias exposiciones y sus tendencias religiosas ocultas, atrajo una gran atención, aunque también mucha crítica adversa; por ello, Malthus decidió pasar los años siguientes viajando por el continente europeo, recogiendo datos a favor de su tesis. Sus investigaciones se incluyeron en la segunda edición revisada, que se publicó en 1803.
En 1806, se le nombró profesor de Economía Política en el Haileybury College, una nueva escuela para la formación del personal de la Compañía de las Indias Occidentales; siguió allí hasta 1834.
Sus otras obras principales incluyen Naturaleza y Progreso de las Rentas (1815), La Ley del Pobre (1817), Principios de Política Económica (1820) y Definiciones de Política Económica (1827).
El Ensayo sobre la población proporcionó a Malthus un amplio reconocimiento; se hizo amigo íntimo de David Ricardo, con el que mantuvo una larga correspondencia; fue miembro fundador del Political Economy Club; testificó ante varios comités parlamentarios y fue elegido miembro de la Sociedad Real de Inglaterra.
Es posible que nunca hubiera escrito el Ensayo sobre la Población , si su padre no hubiese sido un admirador del filósofo Condorcet, cuyas obras tradujo y propagó William Godwin. En 1793, Godwin publicó su Enquiry concerning the Principles of Political Justice, and its Influence on General Virtue and Happiness, que sostenía que el hombre podía lograr la perfección por medio de la razón y la comprensión.
Estas predicciones optimistas convencieron al padre de Malthus, pero Thomas quedó preocupado por los capítulos sobre la población de La Riqueza de las Naciones y por la ley de los rendimientos decrecientes expuesta por Turgot. Sus dudas le movieron a escribir el Ensayo sobre la población, en el que sostuvo que, mientras que los medios de subsistencia tendían a crecer en progresión aritmética, la población crecía en progresión geométrica. En las últimas ediciones del Ensayo sobre la Población, modificó esta rígida teoría, sosteniendo que los incrementos en la población quedarían limitados por la restricción moral, el vicio y la miseria.
El principal efecto de su Ensayo sobre la población fue barrer las esperanzas optimistas diseminadas por Godwin y Adam Smith, puesto que parecía que, a medida que aumentaba la población, deberían cultivarse tierras cada vez menos fértiles, y el aumento en la producción de productos alimenticios no alcanzaría la demanda.
Los descubrimientos posteriores de la ciencia demostraron los infundados que eran estos temores, pero las ideas de Malthus tuvieron mucha influencia en el sistema de leyes sobre los pobres de Gran Bretaña.
A principios del siglo XIX, el socorro a los pobres estaba administrado por los jueces locales, según el precio del pan y el número de las familias pobres. En opinión de la doctrina malthusiana, esta política parecía aumentar las posibilidades de sobrepoblación, enmendándose drásticamente estas leyes en 1834.
En el pensamiento económico, la interpretación de Malthus de la ley de los rendimientos decrecientes influenció a David Ricardo, y fue la causa de que se conociera a la ciencia económica con el nombre de "ciencia lúgubre".

TEORÍAS
EL ENSAYO SOBRE LOS PRINCIPIOS DE POBLACION
Thomas Malthus sostenía que la pobreza de las masas era simplemente consecuencia del instinto de reproducción del hombre, y no dependía de los síntomas y condiciones sociales de la época.
Para adornar su tesis, redactada en su primer libro, sobre el desarrollo de la población, la "ilustró" explicando que la producción de los alimentos crece en progresión aritmética (2, 4, 6, 8, 10, 12, etc.), en tanto la población lo hace geométricamente (2, 4, 8, 16, 32, 64, etc.. Es decir que, según esta visión, la explosión demográfica arrojaría a la humanidad al abismo del hambre.
De acuerdo con la apreciación maltusiana, las curvas de crecimiento de la población y la disponibilidad de alimentos se van separando. Mientras la curva geométrica de la población trepa velozmente en busca de la vertical, en el mejor de los casos, la curva de alimentos no pasa de ser una meseta levemente ondulada hacia arriba, incapaz de alcanzar la línea que dibuja velozmente la explosión demográfica: Malthus es fiel a una interpretación tramposamente pesimista, sobre el desencuentro entre los bienes disponibles para alimentar a los habitantes del planeta, y el crecimiento geométrico de las masas de población.
Establece que el crecimiento exagerado de la población es la causa del atraso, y las cosas serían realmente distintas si la población no aumentara tan rápidamente.
Una frase que Malthus consideraba esencial en su teoría, es la siguiente: "el hombre, si no puede lograr que los padres o parientes a quienes corresponde lo mantengan, y si la sociedad no quiere su trabajo, no tiene derecho alguno ni a la menor ración de alimentos, no tiene por qué estar donde está, en ese espléndido banquete no le han puesto cubierto. La naturaleza le ordena que se vaya y no tardará en ejecutar su propia orden, si ese hombre no logra compasión de alguno de los invitados, si estos se levantan y le dejan sitio, acudirán enseguida otros intrusos pidiendo el mismo favor y se perturbará así el orden, la armonía de la fiesta y la abundancia que antes reinaba, se convertirá en escasez".
La Propuesta de Malthus
Malthus proponía, para eliminar el problema anteriormente planteado; obviamente aplicándolo en forma moderada, ya que en exceso provocaría algo "inmoral" para él, como es restarle mano de obra a la industria (pensaba en mano de obra barata); para conseguir equilibrio entre la población y los alimentos, dos opciones:
MÉTODO POSITIVO: habla de buscar el camino del equilibrio, mediante la muerte, con sus diferentes formas de alcanzarla como: Las epidemias, el hambre y las guerras.
Para Thomas, el alimento más barato debía ser el pan, pues sacia el apetito sin aportar demasiados nutrientes al organismo (de los marginados).
"En vez de recomendarle limpieza a los pobres, hemos de aconsejarle lo contrario, haremos más estrechas las calles, meteremos más gente en las casas y trataremos de provocar la reaparición de alguna epidemia", así malthus quería que los proletarios construyan sus viviendas en los terrenos pantanosos e insalubres. Y veía con malos ojos a otros individuos compasivos, que creen hacerle un gran beneficio a la humanidad estudiando la manera de extirpar para siempre ciertas enfermedades.
Conduce a la idea de que la miseria es una ley natural e inconmovible, contra la cual es inútil accionar, por el contrario, si no bastan los cataclismos de la naturaleza, el Estado debe "contribuir" poniendo su ingrediente de guerras, desentendiéndose de la sanidad popular y de cualquier norma de protección humana. De ahí, que se oponga a las llamadas "poor laws" (Leyes de Pobreza), estableciendo que los subsidios a los pobres no pueden impedir ni la pobreza, ni el hambre. "Si los alimentos no alcanzan para todos, un subsidio a los pobres, no puede aumentar su volumen, ya que lo único que puede traer consigo es el aumento de la cantidad de pobres, pero en ningún caso más riquezas"( deberíamos preguntarnos: ¿riqueza para quien?).
"Como ha puesto de manifiesto el profesor Bauer, el hambre no es un problema de superpoblación, es un problema político y geográfico generado por tres factores: mala distribución de recursos, cambios climáticos e incompetencia política" (Rafael Pampillon, periódico el mundo, España).
Derogando estás leyes de protección, se genera temor a la miseria y se controla la tendencia al incremento de la población. Por ello sostenía que era necesario hacer tan insoportable la asistencia pública que la mayoría de los necesitados prefiriesen morir de hambre antes de sufrir tal indignidad. ¿Cómo en la actualidad, no?
MÉTODO PREVENTIVO:
Aconseja disminuir los nacimientos. (Es el control de la natalidad).
Para él no era concebible otro control que no fuese la continencia sexual. Se auto califica enemigo del vicio, incluida la prostitución o el uso de anticonceptivos en el matrimonio. Aconsejaba la soltería, por sobre todo, para disminuir los nacimientos.
Asentía: "si no fuera posible que cada pareja casada limitase el numero de hijos, habría razón para temer que aumentase muchísimo el nivel poblacional de la raza humana y ni la extensión de cada país, ni la tierra entera, alcanzaría jamás un desarrollo adecuado".
Aunque, a su vez, se contrariaba un poco al afirmar que el estimulo de los hijos, para el hombre, era una motivación para trabajar, al tener que asegurarles alimentación y subsistencia. El mensaje seria: "Tengan hijos, pero no muchos".
Sostenía que la presión que ejerce la miseria lleva al retardo del matrimonio. Lo cual reduce un tanto la tasa de crecimiento de natalidad, pero en su lugar alientan el vicio, en la medida en que las pasiones sexuales no pueden contenerse en razón del retardo de los matrimonios.
Únicamente era posible evitar el hambre, si la población adoptaba restricciones morales, como por ejemplo, casarse más tarde y tener menos hijos.
Las diversas medidas de control de natalidad se convierten en un factor clave en la lucha por el desarrollo, aún cuando no se llega a asegurar que controlado el crecimiento de la población, el progreso será realmente posible.
A pesar de todo lo antes dicho, Malthus estuvo lejos de proponer el control de la natalidad a través de medios artificiales, y más lejos aún, de propiciar una acción gubernamental en este campo, la cual le hubiese parecido detestable, ya que él fue partidario de limitar drásticamente la acción del Estado (en este aspecto), llegó a decir que "toda interferencia excesiva en los asuntos personales es una forma de tiranía".
Conclusiones
La mayor parte de los ingresos de la familia se originan en el trabajo de sus componentes. Si hay desempleo se reducen los ingresos de la población, en consecuencia, la demanda de bienes y servicios.
Teniendo en cuenta el flujo circular de los ingresos, la retracción de la demanda frena el impulso productor de las empresas y también el interés por realizar inversiones en equipo físico. Ello conduce (según Marlthus) a que se detenga el crecimiento demográfico de un país.
Esta es la situación actual que muestra Argentina, ahora, veamos cómo y de qué forma se aplican las teorías maltusianas en este país.
Los países desarrollados, en complicidad con nuestros políticos, a través de recortes del gasto público lograron frenar el consumo interno y la demanda de los sectores de menores ingresos, ‘La degradación de la asistencia publica hasta tal punto que la mayoría de los necesitados prefieran morir de hambre antes de sufrir tal indignidad’ es lo que él proponía para lograr la detención del crecimiento de la población, y como podemos ver en la actualidad, los hospitales y centros de atención públicos están muy lejos de cubrir las necesidades de los ciudadanos argentinos.
Malthus era solidario con los terratenientes de la nobleza y decía que era natural que haya otros ciudadanos que pasen necesidades. La solución al problema del alto crecimiento poblacional que él predecía, era la muerte natural de la gente por falta de medios para vivir.
Pareciera que las predicciones de Mallthus y sus ‘remedios’, como él los llama, se aplican en Argentina. Él opinaba que todo aquel que quisiera hacerle un beneficio a la humanidad estudiando la manera de extinguir para siempre ciertas enfermedades, merecen nuestra desaprobación, al respecto, la fuga de cerebros en nuestro país resulta llamativa con este punto. La idea de que la miseria es una ley natural inconmovible busca su apoyo en las acciones del Estado, el cual debe contribuir poniendo su ingrediente, desentendiéndose de la serenidad popular y de cualquier norma de protección humana. El Estado no debe ayudar a la gente a salir de la pobreza así como no brindar servicios adecuados para que de esta forma la población disminuya, es decir muera. Estas ideas de Malthus, bastante duras, se aplican en las políticas de nuestro gobierno actual. Bien se podría afirmar que el gobierno, no contribuye a la solidaridad ya no solo para con los argentinos de bajos recursos sino que además, esta consiguiendo que la clase media tienda a desaparecer pasando a formar parte, en su mayoría, de la clase baja, los gobernantes argentinos solo demostraron tener solidaridad con los sectores altos de nuestra sociedad.
Otro tema importante para Malthus fue el vislumbramiento de la mano de obra barata, pues dice que el hombre es un sirviente de los medios de producción en poder de los nobles terratenientes y de los jóvenes estratos capitalistas industriales, por lo tanto, ante el aumento de la población y a su vez de trabajadores, ante la reducción de fuentes de trabajo, los gobernantes argentinos lograron imponer un desequilibrio abismal entre trabajadores y la reducción de fuentes laborales. Frente a esta situación, no queda otra solución que la disminución del ingreso per capita, esto es mano de obra barata obediente y sumisa (un claro ejemplo: los trabajadores que se ven obligados a cumplir horas extras sin percibir por ello remuneración alguna, esto funciona de manera extorsiva debido al miedo a ser despedidos) Esto, si no confirma que la población ha crecido en gran medida, al menos sí que la cantidad de puestos de trabajo se redujo de manera drástica, y que la gente no tiene posibilidades de comprar alimentos suficientes debido en parte a las altas concentraciones de capital en el sector financiero y el sector perjudicado es el que menos recursos tiene (1/3 de la población).
LA IDEA DE LA DEMANDA EFECTIVA
Dos años más tarde, en 1800 al escribir "An investigation of the cause of present high price of provisions" tuvo la oportunidad de desarrollar la tesis que se plantean en el Ensayo. Aunque es evidente que al avanzar la idea de la demanda efectiva dio un nuevo e importante paso en el desarrollo del pensamiento económico.
En una versión original del folleto, que aparentemente no se publicó, Keynes refiere la explicación de Malthus al hecho que los precios de las subsistencias aumentaron "más de lo que podía atribuirse a cierta escasez en la cosecha" (op.cit.p.XXV).
Los precios suben por exceso de demanda antes que por exceso de dinero. La cantidad de dinero, no es la variable independiente que determina el nivel de precios. Las variaciones en la cantidad de dinero están más bien en función de las variaciones en los precios. Los altos precios de las subsistencias estimulan el aumento de la cantidad del papel circulante, en el lenguaje de la época.
En este sentido, una disminución de la cantidad de papel circulante no resuelve nada. Más bien puede trabar la circulación y la producción de mercancías, lo que a su turno repercute sobre los precios. De lo que se trata en este caso, es de disminuir la demanda efectiva - léase eliminar los subsidios a los pobres - a fin de aminorar la presión sobre los precios.
PRINCIPIOS DE ECONOMIA POLITICA
Después de este poco conocido folleto, Malthus produjo una serie de textos de relativa significación.
En 1807, publicó "A letter to Samuel Wilbread Esq., M.P. on his proposed bill for the amendment of the poor laws". Aquí lleva hasta las últimas consecuencias su tesis sobre los efectos reales de las leyes de pobres aplicadas al caso de la vivienda.
Más tarde publica una serie de folletos sobre las leyes de granos, y un ensayo sobre la renta. En 1820 publica su segunda gran obra "Principles of Political Economy considered with a view to their practical applications".
En este trabajo, Malthus parte de una preocupación totalmente distinta, aún cuando de naturaleza semejante a la anterior. Esta vez le preocupa la reducción de la demanda antes que la expansión excesiva de la misma. Y es que en el centro de su reflexión está el problema de la reconversión de la economía inglesa en la inmediata postguerra. Una economía que se había expandido de manera extraordinaria durante la guerra pero que después de la contienda tenía dificultades para colocar su producción.
Fue así, que el exceso relativo de oferta (no toda oferta que crea su demanda) determinó la caída de los precios, de las utilidades y por ende, del estímulo básico a la inversión. Había consiguientemente, en virtud de la caída de la demanda, un exceso de mercancías, capitales y puestos de trabajo que buscaba corregirse con el colapso de los precios.
Y esta interpretación de Malthus, es tanto significativa si consideramos que muchos estimaban que el problema era la falta antes que el exceso de ahorro y capital. Porque era muy difícil entender cómo podía al mismo tiempo haber abundancia por el desempleo generalizado de una parte de los que participaron en la producción para la economía de guerra y de los que estuvieron en la guerra misma.
Pero, Malthus fue más lejos y buscó explicar el conjunto de factores que detienen o limitan el crecimiento de la riqueza. En particular aquellos que tenían que ver con la configuración de la demanda, pero también con la necesidad de ajustar continuamente la oferta y la demanda. La idea era que la demanda efectiva fuera definida en términos tales que permitiera maximizar la producción.
Y no es que con ello estuviera en contradicción con sus planteamientos sobre la restricción de la demanda. Era simplemente que el problema había cambiado y que después de las guerras napoleónicas la preocupación se centraba en la demanda.
De allí que Malthus hable en particular de la distribución de la propiedad y de la redistribución del ingreso: también de la utilización del trabajo improductivo, pero de manera general de la necesidad de mercados; de la crucial importancia del comercio interno y externo, en particular este último.
Por ello Keynes se permite hacer una apreciación retrospectiva tan categórica sobre el resultado real de la polémica de Malthus y Ricardo.


ADOLF HITLER
Fue uno de los dictadores más terribles del siglo XX. Su política exterior provocó el estallido de la II Guerra Mundial. Fue el responsable de la ejecución de millones de personas, especialmente judíos.
Nació en la localidad austriaca de Braunau am Inn, el 20 de abril de 1889. No finalizó sus estudios de enseñanza secundaria. Cuando en 1914 comenzó la I Guerra Mundial, Hitler, que se encontraba en Munich, se alistó como voluntario en el Ejército alemán. ¿Sabes cuál fue la máxima graduación que consiguió? La de cabo.
En 1918, tras la derrota de Alemania, regresó a Munich. Al año siguiente, se unió a un partido nacionalista, el Partido Obrero Alemán, que pronto pasó a llamarse Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (o partido nazi). En 1921, fue elegido führer (líder supremo) de este grupo.
En noviembre de 1923, encabezó una rebelión en Munich contra la República de Weimar (el régimen político existente en Alemania entre 1919 y 1933). Su golpe fracasó, y fue condenado a cinco años de prisión. Solo cumplió ocho meses, durante los cuales escribió Mein Kampf (Mi lucha), libro en el que contaba su vida y exponía su ideología.
HITLER EN EL PODER
Al salir de prisión, en 1924, reconstruyó su partido. Hitler creía que la causa de la fuerte crisis económica alemana estaba producida por una conspiración de judíos y comunistas. El partido nazi pasó de tener 12 diputados en 1928 a conseguir 107 en 1930. Hitler fue nombrado canciller (jefe del gobierno) en enero de 1933. Pronto se autoproclamó dictador. Miles de ciudadanos contrarios al partido nazi fueron enviados a campos de concentración. Su gobierno tomó el control de la economía, de los medios de comunicación y de todas las actividades culturales.
Hitler inició el rearme alemán en 1935 (lo que estaba en contra del Tratado de Versalles, por el que los aliados habían firmado la paz con Alemania tras la I Guerra Mundial). Entre 1936 y 1939, envió tropas a la región de Renania, y anexionó Austria y Checoslovaquia.
En septiembre de 1939, invadió Polonia. Empezaba así la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo, impulsó un plan destinado a exterminar a los judíos. Finalmente, en 1945, Alemania fue derrotada por los países aliados. Hitler se suicidó el 30 de abril de ese año, en Berlín.

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